En una situación tan simple como una discusión, por ejemplo, si una de las personas no pudo expresar todo lo que sentía pasará buena parte de lo que quede del día “rumiando” lo que debería o no debería haber dicho. Muchos de los famosos traumas derivan precisamente de situaciones inacabadas que van quedando en la vida.
Un aspecto particularmente grave de los asuntos inacabados es que en la mente no existe el tiempo. En la vida diaria, uno puede comprobarlo también: si nos interrumpen una conversación interesante, podemos juntarnos un par de días después y proseguirla como si nada hubiese pasado.
Por esa razón los traumas o situaciones inacabadas pueden arrastrarse durante años, constituyen una emoción que no se vivió enteramente y quedó anclada en la mente. Cuantas veces hemos oído que a muchas personas que no se pudieron despedir de algún familiar muerto hacia mucho tiempo y cuando murió estaban enfadados, no le pudieron pedir perdón llevando esa pena a lo largo de los años por no haberlo solucionado en vida de esa persona y haberle pedido perdón.
Quizás la más importante es aprender a no dejar cosas pendientes, a terminar lo que hemos empezado. Es también muy importante ser asertivo, es decir, ponernos en el lugar de la otra persona y aprender a expresar lo que se siente en todo momento. También ayuda mucho lograr vivir más el presente, y aceptar el pasado tal como fue, aunque no haya sido lo ideal. Es también de gran importancia desarrollar la capacidad de perdón que todos tenemos, porque muchos asuntos inacabados tienen que ver con sentir que hemos sido dañados. Para esto último muchas veces debe observarse primero al ego, al orgullo, lo que es difícil. También al plantearse metas, hay que ser realista, eligiendo aquellas posibles de cumplir, para que no se transformen en un asunto inacabado.
En todo caso, lo más importante es que cuando vivamos situaciones que sentimos como de alto contenido emocional, seamos capaces de darnos cuenta de esto y preocuparnos de hacer “el cierre” en ese momento. Y podemos saber si hicimos bien el cierre porque uno queda tranquilo.
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LUZ
LUZ QUE CADA DÍA
TE DESPIDES DE MI,
TRAS ESA ROCA,
TRAS ESA MONTAÑA,
TRAS ESA PLAYA
DEL MAR TARDÍO.
ASÍ, TE DESPIDES DE MI,
MENOS MAL, QUE LA PALABRA
ES LO QUE ME QUEDA
AL FINAL DEL FUGAZ TRÁNSITO
Y DE LA LLEGADA DEL OCASO
DE UN DÍA QUE SE ACABA.
SANTI PLANELLA
