jueves, 27 de noviembre de 2014

PÁRATE A PENSAR.

Es la soledad quien nos permite barrer las cosas malas, banales y generalmente falsas que incluso nosotros mismos nos atribuimos.
Barrer hasta dejar únicamente las columnas de los cimientos de nuestra personalidad y convivir con ellas, llegando a conocer sus firmezas e impurezas; aprendiendo a aceptarlas como parte importante de lo que en esencia somos.
Supongo que ese conocimiento interior es quien nos prepara previamente para ser uno mismo en el exterior, en sociedad.
La felicidad está en total consonancia con ello, ya que ser uno mismo y aceptarse como tal es su significado. Por ello, cuanto antes se realice el zafarrancho, antes conseguiremos ese estado de comodidad que deriva en conformidad. De este modo evitamos ser arrastrados por la sociedad sin ese segundo para desempolvarnos y sin darnos cuenta que no somos lo que somos, sino lo que la gente quiere que seamos.
 Párate a pensar y analiza qué es lo que realmente quieres, lo que realmente te mueve. Marca prioridades. La vida consiste en sopesar.
Tampoco caigas en la tentación de pretender vivir para siempre en soledad, porque es un claro sinónimo de fracaso. La vida es vida en sociedad, en compañía y ser feliz es el cómputo, combinación, relación o pareja de ambas vidas, interior y exterior; haciendo, finalmente, de las dos una misma.