Sentirse culpable conlleva un malestar que puede llegar a ser demoledor para
la persona: Ansiedad, depresión, trastornos alimentarios, adicciones.
La culpabilidad no entiende de edades, se puede desarrollar
culpabilidad ya desde niño, situaciones como el divorcio de los padres
pueden hacer sentir culpables a los hijos, que muchas veces no entiende
lo que sucede.
Muchas personas llevan un vida de culpabilidad, constantemente se
lamentan por haber cometido errores o no haber elegido correctamente,
sienten que hay algo malo en ellos que tendrían que cambiar, piensan que
todo lo malo que pasa es por su culpa.
Para dejar de sentirte culpable, antes que nada debes entender que
culparte no te ayuda absolutamente en nada y no te lleva a ningún lado, debes entender que todos estamos en un camino de aprendizaje, vinimos al mundo sin saber nada y de a poco fuimos aprendiendo, error tras error nos fuimos perfeccionando.
No te dejes llevar por aquellos que te culpan y llenan tu mente de
pensamientos negativos, recuerda que la culpa es simplemente un estado
mental, una trampa que nosotros mismos nos ponemos.
Lo que tenemos que hacer con la culpa es una buena forma de reflexión y
que nos ayude a no volver a cometer los mismos errores también es
necesario manejar esta emoción para que solo sea temporal y
después de un determinado tiempo se esfume de nuestra vida.