“Las
cosas no son difíciles. Son difíciles porque no nos atrevemos “, dijo Séneca. La fuerza de voluntad, la fe y no tener miedo a fracasar son, en
muchos casos, la
clave del éxito
incluso en las condiciones más adversas. De sobra es sabido que hace más el que quiere que
el que puede, y
ello explica cómo alguien ha logrado algo que
parecía imposible dadas sus facultades, condiciones o
circunstancias. Armas como la
voluntad, la perseverancia, la fe y el propósito vencen a la
adversidad y a las circunstancias desfavorables.
El verdadero poder surge de lo más profundo
del alma de
cada ser humano: es aquella
fuerza que nos
hace afrontar los retos,
perseguir nuestros
deseos, luchar por lo
que se anhela, no perder nunca
la esperanza, perseverar, dar una lectura constructiva a todo cuanto nos sucede,
saber que eso
que llamamos "yo" es en realidad un "nosotros",
y actuar en consecuencia, trabajar con el corazón para conseguirlo,
nunca quedarse quieto,
avanzar….entregarse a cada desafío
de la vida
con coraje, responsabilidad, humildad y confianza.…
En definitiva, quizá el
auténtico poder es el que nace de
desarrollar la capacidad para cambiar
nuestras actitudes.