Todos conocemos lo que hace una actitud positiva al
recuperarnos de una enfermedad o cómo el estrés reduce nuestra
respuesta inmunológica. Me pregunto sin embargo hasta qué punto ha sido
demostrada la relación entre una actitud mental positiva y las
enfermedades. O para ponerlo de otra manera: ¿hasta qué punto influye en
realidad la mente sobre el cuerpo? ¿Está comprobado en efecto que la
mente, nuestros pensamientos o actitudes mentales, son capaces de
ejercer un control sobre nuestro cuerpo? ¿Es nuestra actitud mental la
causa o el detonante de nuestras enfermedades?
Los que sostienen que la actitud mental es
determinante afirman que si la mente puede enfermarnos también puede
curarnos. Lo que se requiere es mantener una actitud positiva, mirar el
vaso medio lleno en lugar del vaso medio vacío, “visualizar” que nuestro
cuerpo goza de perfecta salud y así todos nuestros males desaparecerán.
Es más, ni siquiera nos enfermaríamos!
Muchos estudios por ejemplo han demostrado el
efecto negativo que tiene el estrés sobre nuestro cuerpo: afecta el
sistema inmunológico, produce dolores de cabeza y espalda, insomnio,
problemas cardiovasculares, además de causar enfermedades psicosomáticas
que nos afectan psicológicamente.
Lo que en mi opinión nos atrae al defender esta idea de la influencia de
la mente sobre el cuerpo es la necesidad que tenemos de recuperar el
control sobre nuestras vidas, suponer que tenemos la clave, el método
para curarnos o evitar enfermedades. Si nuestra actitud mental es
fundamental lo que debemos hacer entonces es reforzar los pensamientos
positivos y evitar los negativos, de esta manera garantizamos que nada
malo nos sucederá.