A pesar de no creer en ello, a todos nos pasa que tenemos algo de superstición. Por
ejemplo esta extraña convicción de que todas las historias que en la
vida ocurren tienen además un sentido, significan algo. Que la vida, con
su propia historia dice algo sobre sí misma, que nos desvela
gradualmente alguno de sus secretos, que está ante nosotros como un
acertijo que es necesario resolver. Que las historias que en nuestra
vida vivimos son la salsa de esa vida, y que en esa historia está
la clave de la verdad y del secreto. Que es una ficción? Es posible, es
incluso probable, pero no soy capaz de librarme de esta necesidad de
descifrar permanentemente mi propia vida.
Que todo tenga un sentido, yo a veces me quedo obstinado en descifrar sentidos, me pregunto el por qué, el para qué, que sentido tendrá esto ?, por qué habrá pasado aquello ?. Encontrar el sentido muchas veces calma la angustia, pero otras veces la desencadena.
Todos tenemos un poco de miedo al futuro, aunque el presente se esfuerza en demostrarnos que no hay nada que temer, que con las herramientas que tenemos las puertas se irán abriendo como por arte de magia.