A veces tengo miedo a perderlos. Mi interior tiene miedo a
quedarse vacío. Le gusta sentir esa sensación, significado de algo más
que un simple espectador. Miedo a perder esa protección, esa complicidad
que se observa y respira en el aire.
La
realidad está ahí, pero la esperanza se esconde en mí, y en los peores momentos decide
salir.
El
miedo más grande, sin poder evitar que vuelen por otros vientos,
olvidar los momentos que de mi vida bien supieron llenar. Con o sin
querer, yo he crecido gracias a ello y no quisiera que una simple
bocanada de aire me barriera el recuerdo.