Cuando
no estamos ocupados, nuestras mentes tienden a convertirse en un
vacío, y por lo general lo llenamos con emociones. ¿Por qué? Porque las
emociones de la preocupación, el miedo, la ansiedad, la frustración,
el odio y la envidia son traídas por el aburrimiento y el ocio. Estas
emociones son tan violentas que tienden a expulsar de nuestros
espíritus todos los pensamientos y emociones pacíficas y felices.
Pero
¿por qué una cosa tan sencilla como ocuparse elimina la ansiedad?
Porque es imposible para cualquier persona, por brillante que sea,
pensar en más de una cosa al mismo tiempo. En el campo de las
emociones no es posible que nos mostremos a la vez entusiasmados por
algo interesante que estamos haciendo, y abrumados por la
preocupación. Una de las emociones anula a la otra.
La
mayoría de nosotros nos perdemos fácilmente en la acción cuando estamos
ocupados en el trabajo cotidiano. Son las horas de hastío las
verdaderamente peligrosas, precisamente cuando podríamos disfrutar
libremente de nuestro tiempo y ser más felices. Es en ese momento
cuando nos preguntamos si estamos haciendo algo importante con la vida y es en ese momento cuando nos tenemos que encontrarnos con nosotros mismos para reflexionar sobre nuestra vida, simplemente eso es lo que tenemos que hacer.