Somos sensibles cuando reaccionamos ante las personas autoritarias o
injustas, en situaciones molestas, ruidos muy fuertes, temperaturas
extremas, perfumes intensos, comidas, luces cegadoras y vemos cosas que
otros no se dan cuenta. Si pertenecemos a este grupo de personas seria
muy bueno preguntarnos el ¿por qué de ese cuerpo tan sensible?.¿Es por qué tal vez debemos ser más comprensivos o compasivos con los demás que también son sensibles.
Todo esto da que pensar, ¿cuantos de nosotros no somos impulsivos e
impacientes y a veces hasta intolerantes? Nuestra alma elige las
lecciones que necesita para aprender y ser mejor y tal vez el camino que
elegimos algunos no sea el mismo para todos.
Hemos de aprender a dejarnos guiar por nuestra conciencia interior que
es sabia y esto se consigue de forma gradual practicando hasta que nos
sentimos seguros de nuestro propio guía interior.
Nada ni nadie es responsable más que nosotros de todo lo que nos ocurre
en esta vida. Vemos diferentes tipos de personas que recurren a muchas
terapias buscando solucionar desde fuera y tratando de eliminar sus
patrones de conducta gastados que no les conducen a ningún lugar. El
cambio ha de ser desde dentro, interno y no externo.
La sensibilidad es buena y gracias a ella sentimos y vemos cosas que
otras personas no son capaces de ver. Pues en vez de verlo como una
carga veamos que hay una gran lección y una oportunidad de aprender en
el presente el comprender a los demás, como son y ser tolerantes.