CUANDO SENTIMOS QUE EL MUNDO ES COMPLICADO Y MIRAMOS A NUESTRO ALREDEDOR Y VEMOS A PERSONAS QUE TIENEN UNA VIDA FASCINANTE Y MARAVILLOSA, ES AHÍ CUANDO NOS PREGUNTAMOS PORQUE ELLOS SON FELICES Y YO NO.
LAS PERSONAS TENEMOS QUE FORJAR NUESTRA FELICIDAD EN NOSOTROS MISMOS Y ESO SIGNIFICA ESTAR SATISFECHOS CON LA FAMILIA QUE TIENES, LOS AMIGOS, EL LUGAR DONDE VIVES, LAS COSAS QUE TIENES Y SABERLAS VALORAR.
CUANDO APRENDES A ACEPTARTE A TI MISMO Y TUS PROPIOS ERRORES, ESTARÁS LOGRANDO LA FELICIDAD VERDADERA. POR ESO NO BUSQUEMOS LA FELICIDAD EN EL MUNDO EXTERIOR, TODO SE HALLA EN NUESTRA MENTE, SI PODEMOS MANTENER SIEMPRE UNA MENTE SERENA Y APACIBLE, NUNCA TENDREMOS DIFICULTADES SABIENDO ACTUAR ANTE LOS PROBLEMAS DE LA VIDA QUE HACEN QUE NOS ANGUSTIEMOS Y PERDAMOS LA ANSIADA FELICIDAD.
PARA ACABAR VOY A DEJAR UN ESCRITO ANÓNIMO SOBRE LA FELICIDAD QUE HE CREÍDO QUE LO TENIA QUE PUBLICAR:
Esta es la historia de un hombre que estaba harto de llorar.
Miro a su alrededor y vio que tenia delante de sus ojos la felicidad.
Estiro la mano, quería cogerla.
La felicidad era una flor.
La cogió y nada mas tenerla en su mano la flor se deshojo.
La felicidad era un rayo de sol.
Levanto sus ojos para calentar su cara y una nube lo apago.
La felicidad era una guitarra, la acaricio con sus dedos pero las cuerdas desafinaron.
Cuando al atardecer el hombre volvía a su casa seguía llorando.
A la mañana siguiente siguió buscando la felicidad.
A la vera del camino había un niño que lloraba.
Para tranquilizarlo cogió una flor y se la dio, la fragancia de la flor perfumo a los dos.
Se encontró a una mujer que temblaba de frió cubierta con sus harapos.
La llevo hasta el sol y se calentaron los dos.
Se encontró a un grupo de niños que cantaban y el les acompaño con su guitarra.
Todos se deleitaron con la melodía.
Miro a su alrededor y vio que tenia delante de sus ojos la felicidad.
Estiro la mano, quería cogerla.
La felicidad era una flor.
La cogió y nada mas tenerla en su mano la flor se deshojo.
La felicidad era un rayo de sol.
Levanto sus ojos para calentar su cara y una nube lo apago.
La felicidad era una guitarra, la acaricio con sus dedos pero las cuerdas desafinaron.
Cuando al atardecer el hombre volvía a su casa seguía llorando.
A la mañana siguiente siguió buscando la felicidad.
A la vera del camino había un niño que lloraba.
Para tranquilizarlo cogió una flor y se la dio, la fragancia de la flor perfumo a los dos.
Se encontró a una mujer que temblaba de frió cubierta con sus harapos.
La llevo hasta el sol y se calentaron los dos.
Se encontró a un grupo de niños que cantaban y el les acompaño con su guitarra.
Todos se deleitaron con la melodía.
Al volver a casa de noche el hombre ya no lloraba, sonreía.
Había encontrado la felicidad.
