No puedo negar que comparo mi vida de hoy con lo que era antes y me sorprendo a mí mismo siendo otro.
No puedo negar que durante muchos años avancé muchísimo, crecí, lloré, reí, amé.
No
puedo negar que estoy avanzando, que sigo creciendo, que poco a poco
voy logrando lo que me propongo, aunque los pasos sean cortos y el
esfuerzo sea grande.
Pero tampoco puedo negar que a veces aparecen los mismos miedos de siempre se dan una vuelta.
No
puedo negar que de vez en cuando vuelvo a resbalar en el mismo charco,
caigo en la misma trampa que sin darme cuenta yo mismo fabriqué.
No puedo negar ni podemos negar que estamos vivos y que la vida sigue su curso.