La madurez es una palabra con prestigio. Una palabra que atrae. A todos
nos gusta sentir que somos maduros, y si le decimos a alguien que es "un
inmaduro" lo tomará normalmente como una ofensa. Definir la madurez no
es nada de fácil. No hay una definición que cumpla con todos los
criterios, ni menos todavía alguna persona real que se ajuste plenamente
a un "perfil de madurez".
La espontaneidad, que es actuar sin miedo y ser auténtico, y además
tener cierta alegría de vivir, así como apreciar el arte y las
manifestaciones bellas de la vida, es un rasgo. La capacidad de
concentrarse en los problemas y resolverlos, así como trabajar con
eficacia y persistencia, es también otro de los atributos. También se
cuenta la autonomía: las personas maduras mantienen buenas relaciones
con los demás, pero también necesitan a veces estar solas. Y sus
relaciones con los demás no son de tipo posesivo. La independencia de
juicio, es decir no dejarse llevar por los demás ni por las modas, ni
tampoco funcionar solamente esperando los halagos o las críticas, es
otra característica de la gente madura. La flexibilidad frente a
personas, ambientes y situaciones, también es parte de la madurez. La
persona madura no es rígida.
También decir que la persona madura tiene profundidad en sus relaciones personales: más que tener un gran número
de amigos, las personas maduras tienen pocos amigos, pero su relación
con ellos es profunda. Junto a esto, su trato en general hacia los demás
es positivo, en general sin conflictos. El llamado "carácter
democrático" es otro atributo de la madurez; en la práctica, esto se
traduce en sentir respeto hacia cualquier ser humano, y esto lleva a la
persona madura a ser tolerante, tanto en lo religioso como en lo
político y étnico.
Con todo esto creo que he definido, como tendría que ser una persona para poderla llamar madura.