Admiramos a quienes son triunfadores y logran llevar a cabo sus metas.
Pero nos preguntamos ¿Por qué yo no puedo hacerlo? ¿Por qué es tan débil
mi fuerza de voluntad?
Para lograr algo debes desearlo, sentirlo dentro de ti. Es necesario
tener el deseo y la motivación profunda. Pero por sobre todo debe ser
COHERENTE. Es muy difícil hacer un cambio si realmente NO creemos que
seremos capaces de lograrlo. En este punto nuestras creencias a nivel
inconsciente son muy poderosas. Se debe invertir mucha energía para ir
en contra de tus propias creencias, por lo cual primero, antes de
establecer las metas a lograr es necesario saber si realmente deseas y
anhelas ese cambio y si tu crees que puedes lograrlo.
Ahora bien cuando efectivamente, nuestros deseos y creencias están
alineadas y son coherentes hemos avanzado un paso importante. Aquí es
donde entra a jugar la fuerza de voluntad y la constancia.
Conscientemente o mentalmente esta la decisión y determinación, también
está la emoción que la impulsa. Pero aquí falta algo importante, el
cuerpo, la parte física.
Casi todos los consejos de psicología y coaching de vida apuntan a la
mente y las emociones, pero se olvidan de algo importante: La influencia de la química del cuerpo.
Así es, aunque muchos no lo saben, pero el desequilibrio y el
desbalances de nutrientes, aminoacidos, vitaminas y hormonas de nuestro
cuerpo, pueden ser la causa y el gran saboteador de nuestras decisiones.