miércoles, 4 de marzo de 2015

CUANDO NOS DUELE EL ALMA.

Nos duele el alma o en realidad nos dolemos a nosotros mismos y el alma es como aquel mensajero que solamente nos trae la noticia. Si el dolor es nuestro, propio, construido en nuestro interior o si tan sólo es quien llega sin haber sido invitado, el se queda hasta que se da cuenta realmente que no tiene lugar y decide irse, pero claro, de una forma muy distinta a como llegó.
Cuando llega lo hace estrepitosamente. Cuando se va lo hace silbando bajito.
Cuando llega hace temblar todo. Cuando se va sentimos la calma que sólo transmite un amanecer soleado tras una noche de truenos y relámpagos.
Cuando llega es como esa mano invisible que de pronto nos estruja el pecho, nos comprime las entrañas y nos chupa todas las fuerzas. Cuando se va esa mano desaparece tan de golpe como llegó, y nos sentimos volar, podemos respirar profundamente y sentir el perfume que entra por la ventana.
Cuando llega nos hace creer que no hay salida. Cuando se va nos hizo aprender que no es que no haya salida, sino que él usurpó una puerta para entrar, y se propuso impedir que la vieramos.
Hoy sé una cosa, soy uno cuando el dolor llega y soy otro cuando se va, ni mejor ni peor, otro, distinto, pero tan yo mismo como siempre fui.


 Resultado de imagen de hay dolor en el alma