LO SUPERFICIAL Y LO OCULTO.

LA MENTE OCULTA ES MUCHO MÁS PODEROSA QUE LA MENTE SUPERFICIAL, POR BIEN EDUCADOS QUE ESTEMOS Y POR MÁS CAPACES QUE SEAMOS DE AJUSTARNOS AL MEDIO. LA MENTE OCULTA O INCONSCIENTE ES LA DEPOSITARIA DE LA MEMORIA RACIAL. LA RELIGIÓN, LA SUPERSTICIÓN, LAS TRADICIONES DE UNA RAZA DETERMINADA, LA INFLUENCIA DE LA LITERATURA, DE LAS ASPIRACIONES, DE LAS FRUSTRACIONES, DE LOS HÁBITOS ETC...... LOS DESEOS MANIFIESTOS Y LOS DESEOS SECRETOS CON SUS MOTIVACIONES, ESPERANZAS Y TEMORES, SUS SUFRIMIENTOS Y PLACERES Y LAS CREENCIAS ALIMENTADAS POR EL IMPULSO DE SEGURIDAD. TODAS ESTAS COSAS ESTÁN CONTENIDAS EN LA MENTE OCULTA, LA CUAL NO SÓLO POSEE ESTA CAPACIDAD EXTRAORDINARIA DE CONTENER EL PASADO, SINO QUE TAMBIÉN ES CAPAZ DE INFLUIR SOBRE SU FUTURO. LAS INSINUACIONES DE TODO ESTO SE TRANSMITEN A LA MENTE SUPERFICIAL O CONSCIENTE, CUANDO ESA MENTE NO ESTÁ OCUPADA EN SU TOTALIDAD CON LOS SUCESOS COTIDIANOS.
LA MENTE SUPERFICIAL ES, EN GRAN MEDIDA, IMPOTENTE EN RELACIÓN CON SU PROPIA PARTE OCULTA. POR MUCHO QUE TRATE DE DOMINAR, MOLDEAR, CONTROLAR LO OCULTO, APENAS SI PUEDE, A CAUSA DE SUS EXIGENCIAS Y ACTIVIDADES SOCIALES, Y ENTONCES HAY ENTRE AMBAS MENTES UNA CONTRADICCIÓN.
LA MENTE SUPERFICIAL ESTÁ OCUPADA CON LO INMEDIATO, MIENTRAS QUE LA OCULTA ESTÁ BAJO EL PESO DE LOS SIGLOS Y NO PUEDE SER REPRIMIDA O DESVIADA DE SU CURSO POR UNA NECESIDAD INMEDIATA.
POR TODO ESO, TENEMOS QUE DESPERTAR LA PLENA CAPACIDAD DE LA MENTE SUPERFICIAL QUE VIVE EN LA ACTIVIDAD COTIDIANA Y TAMBIÉN TENEMOS QUE COMPRENDER LO OCULTO. ES SÓLO CUANDO LA MENTE COMPRENDE LOS SUPERFICIAL Y LO OCULTO QUE PUEDE IR MÁS ALLÁ DE SUS PROPIAS LIMITACIONES.

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SOY



SOY COMO UN LUCERO,

QUE APARECE GRANDE Y BRILLANTE,

Y CON CADA UNO DE MIS OJOS

VEO LA VIDA EN UN INSTANTE.

SOY COMO UN PUERTO,

DONDE SE ESCUCHA EL SONIDO

DE LA LLEGADA DE LOS BARCOS,

DE IDA Y VUELTA,

DE PERSONAS QUE VAN Y VIENEN,

DE VIDAS QUE NO SE DETIENEN.

SOY UNA VENTANA ABIERTA,

QUE MIRA Y OBSERVA,

QUE QUIERE CAMBIAR EL MUNDO

Y SI POR UN RAYO DE SOL

NADIE LUCHA, AHÍ ESTOY YO

PARA MOVER UN DEDO.


SANTI PLANELLA