Cuanto menos nos queremos, menos valoramos aquello que hacemos y más inseguros nos sentimos ante cualquier hecho. Si no nos gusta como somos y no estamos satisfechos con nuestros logros y nuestra forma de actuar en general, terminamos creyendo que todo lo que hacemos está mal y que la culpa de las problemáticas que nos rodea recae exclusivamente sobre nuestro ser.
Nosotros somos los únicos que podemos llegar a conocernos, y si lo conseguimos, podemos aprender a autocontrolar nuestras emociones y pensamientos. Este proceso de conocimiento dura desde que tenemos uso de razón hasta que morimos, nunca dejamos de saber quien somos y quien podemos llegar a ser. Trabajar para conseguirlo día a día nos permite evolucionar y madurar nuestra persona, y por esta razón aún nos queda mucho por aprender.
Razonar y buscar explicaciones a los hechos implica encontrar soluciones a los mismos. A la larga, todo ello significa ganar seguridad, aprender a respetarse y hacerse respetar.
SECRET GARDEN / BRUCE SPRINGSTEEN