Nuestra esencia humana no parte solamente de la capacidad de razonar,
sino también de nuestra capacidad de sentir o experimentar emociones
que pueden ser positivas o negativas, y que son el motor de nuestro
actuar y luchar en la vida. Estas también nos permiten conocer lo que
pasa a nuestro alrededor y junto con el razonamiento crean un equilibrio
para la toma de decisiones de manera honesta y responsable.
La inteligencia emocional es el equilibrio entre la razón y las emociones, la capacidad de tomar conciencia del origen de los propios sentimientos, con el fin de manejarlos correctamente.También la capacidad para percibir lo que siente el otro, aún cuando este no lo comparta y el manejo responsable de la relaciones interpersonales basadas en el respeto mutuo.