Conclusión: Soy una víctima resentida del mundo, de mi familia, de mi educación, de mis amigos, de mis enemigos, de mi profesión, de mi mujer, y de todas las circunstancias de mi vida.
Pues yo te digo que no, que no tiene porque ser así. Que quizás no lo sepas o nunca se te haya pasado por la cabeza la idea de que eres dueño y señor de tu vida y de la manera de encararla. Que quizás se te haya pasado la idea por la cabeza pero que hayas decidido que es mas cómodo echarle las culpas al mundo y abandonarte en los abrazos del victimismo y la complacencia. Pero yo te digo que no es así. Ser feliz es solo una decisión que elijes tomar o no tomar. Eso es todo. Está en tus manos, es tu responsabilidad.