¿Quien de nosotros no conoce a seres humanos de buena salud, y hasta con un físico privilegiado, que no han llevado a cabo nada excepcional en la vida?
Sin embargo, personas de muy escasas fuerzas físicas naturales, como la madre Teresa de Calcuta, o el científico Stephen Hawkins, o Mahatma Gandhi, dejaron su gran huella en la historia a través de un TRABAJO que sólo se explica si es sostenido por una energía MENTAL y ESPIRITUAL, que dota al organismo físico de las condiciones necesarias para llevar a cabo el objetivo propuesto.
Por eso ha dicho Orison Swett Marden: ‘La gran diferencia entre los hombres, entre los débiles y los poderosos, entre el grande y el insignificante, es la Energía, la Invencible Decisión, un propósito, una vez fijado, de Triunfar o Morir. Esa cualidad hará todo lo que en este mundo se lleve a cabo, y ni los talentos, ni las circunstancias, ni las oportunidades harán de una criatura de dos piernas un hombre, si carece de Energía’.
Para acabar decir que la energía se crea a partir de algo que se quiere y para alcanzar esa energía se ha de desarrollar al máximo la energía física, mental y espiritual.